¿Señor Político da, Señor Político quita?

Mariana Campos @mariana_c_v y Xhail Balam @XhailBL | Animal Político

Los servicios públicos de cuidado Infantil son un componente fundamental de los sistemas de protección social. Su impacto positivo está comprobado mundialmente. Entre sus beneficios destacan: 1) Promueven la igualdad de género; 2) Favorecen el cumplimiento de los derechos y el desarrollo de los niños; 3) Ayudan a romper el círculo vicioso de la pobreza intergeneracional y 4) Contribuyen a la economía nacional[1]. La evidencia en la literatura señala que la inversión en el desarrollo infantil temprano impulsa en el futuro la escolaridad de las personas y su productividad laboral.

Su conveniencia no está a discusión, pues. Pero desde 2017 los servicios de cuidados infantiles han dejado de ser prioridad para el Gobierno. En términos reales, el programa más afectado es el de las Estancias Infantiles, seguido de las guarderías del ISSSTE y de la Secretaría de Salud. La nueva administración solicitó a la Cámara de Diputados un recorte sin precedentes al programa de las Estancias Infantiles para Madres Trabajadoras: fue de 46%[2] en el presupuesto de 2019 con respecto al monto gastado en 2018. Lamentablemente, la solicitud fue bien atendida. De ejercer un gasto de 3.7 mil millones de pesos en 2018, el programa tiene un presupuesto aprobado de 2.0 mil millones de pesos para el ejercicio fiscal de 2019.

También se modificó el diseño del programa. Bajo sus nuevas reglas de operación no se establece un mecanismo que permita evaluar el buen manejo de los apoyos entregados a los beneficiarios, ni la medición de su impacto de manera directa. Además, se priva a los niños de contar con una póliza de seguro contra accidentes personales en caso de que sigan asistiendo a una estancia infantil con el apoyo bimestral que ahora se entregará. Bajo la modalidad anterior, este seguro era un requisito indispensable mientras el menor asistía a la estancia.

Dentro de los nuevos requisitos para acceder al apoyo se dará prioridad a los beneficiarios que vivan en zonas marginadas o en áreas estratégicas de desarrollo. Pero no se considera como criterio de afiliación que el ingreso familiar sea menor o igual a la línea de bienestar. Este criterio –considerado en la modalidad anterior– garantizaba que los recursos llegaran a las madres o padres que se encontraban en condiciones de vulnerabilidad. De igual manera, se elimina el apoyo establecido en las reglas de operación del Ejercicio Fiscal 2018 para la creación de nuevas Estancias Infantiles.

La magnitud del contrasentido

Las afectaciones al presupuesto de Estancias Infantiles, así como los cambios a su diseño, no pueden entenderse a la luz de las recomendaciones internacionales en materia de protección social, combate a la pobreza, derechos de los niños y derechos de las mujeres, y con la información disponible al público sobre el diseño y resultados del programa. Hay al menos tres argumentos para rechazar los cambios hechos por la nueva administración:

  1. Debilitan aún más los servicios públicos de cuidado infantil que han sido, son y, por lo visto, seguirán siendo insuficientes

Lamentablemente, en nuestro país los esquemas de protección social formales han fracasado porque su cobertura es reducida; la afiliación a los sistemas (IMSS, ISSSTE, Pemex, etcétera) es para las personas que trabajan en la economía formal, mientras que la mayor parte de las personas que trabajan lo hacen en la economía informal. Esto implica que la mayor parte de la población no tiene acceso al servicio público de guarderías previstos en los esquemas de protección social vigentes.

De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Empleo y Seguridad Social (ENESS) 2017 del INEGI, en México hay 14 millones de niños de cero a seis años. El 58% de ellos  está al cuidado de su mamá; al 21% lo cuida sus abuelos u otras personas, el 10% asiste con su mamá al trabajo, 6% asiste a escuela y sólo el 4% asiste a guarderías públicas y privadas. Con estos datos demográficos, se deduce que existe una demanda no atendida de servicios de cuidado infantil considerable, la cual se calcula en un 31% de los niños de cero a seis años de edad.

Esta falta de cobertura ha vulnerado los derechos de muchos niños y mujeres a lo largo de décadas, como el derecho al cuidado digno y seguro, así como el derecho al trabajo. Esta problemática justificó la existencia de un programa que atendiera a la población vulnerable.

Hay una extendida precariedad laboral en el país. En el Estudio Diagnóstico del Derecho al Trabajo 2018, de Coneval, se afirma que dicha precariedad se agrava por razones de sexo y edad, así como en los grupos más vulnerables. Esto se ejemplifica en las brechas en los indicadores del mercado de trabajo en México observadas en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo al cuarto trimestre de 2018. La brecha laboral más relevante en México es el bajo porcentaje de participación femenina –43.9%, cuando la de los hombres es de 77.2%–. Esto puede ser resultado de la falta de acceso al servicio de guarderías o jornadas flexibles de trabajo.

¿La economía mexicana crecería más si más mujeres pudieran trabajar? Seguramente sí.

Ante este problema, en 2007 Señor Político ordenó que iniciara operaciones el programa de Estancias Infantiles. Hasta diciembre de 2018 consistió en la entrega de 950 pesos mensuales a los responsables de las estancias para cubrir los gastos del servicio de cuidado de cada niño inscrito en ella. De igual manera, fomentaba el acondicionamiento de espacios físicos para aumentar y/o mejorar la oferta de estos servicios, mediante la entrega de apoyos a personas físicas o morales.

Desde que se creó el programa se ha beneficiado a 1.8 millones de madres y padres solos, y se ha atendido a 2.1 millones de niños. En 2017, el programa contaba con un total de 9,399 estancias infantiles distribuidas en 1,278 municipios de los 32 estados del país, las cuales atendieron a 327 mil 854 niños durante ese año.[3]

Pero en 2019 Señor Político quitó, y el nuevo subsidio otorgado por el gobierno sólo alcanzará para cubrir la mitad del costo mensual del servicio de guardería privada. De acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor, en 2017 el precio del servicio de guardería privada en el país variaba de 500 pesos hasta más de 7 mil pesos mensuales. El 43% de las guarderías encuestadas cobran de 1,501 pesos a 2,500 pesos. En ocasiones, los alimentos se cobran aparte, el costo va de 100 pesos hasta 600 pesos al mes.

Varios niños abandonarán el servicio, pues de acuerdo con la información presentada por la Secretaría de Bienestar, las Estancias infantiles ya cobraban una cuota de corresponsabilidad de 800 pesos mensuales. Con información de la ENESS 2017, se obtuvo que el 86% de los niños que asistían en ese momento a las Estancias Infantiles pagaban una cuota mensual de hasta 2,484 pesos de 2019 y el 88% de los niños que asistían a guarderías del IMSS no realizaban ningún pago.

  1. Contradicen los resultados favorables de las evaluaciones y revisiones externas realizadas por distintos organismos nacionales e internacionales.

De acuerdo con la UNICEF, desde su creación el programa es eficaz en la promoción de la participación laboral de las madres de escasos recursos y en crear un espacio de cuidado infantil para las familias más vulnerables.[4] A partir de las evaluaciones externas realizadas en el marco del Coneval, se ha documentado que el Programa de Estancias Infantiles se considera exitoso a 10 años de su creación[5]. Dentro sus principales resultados se destaca que el 90% de las madres beneficiarias del programa tienen disponibles 33 horas a la semana para trabajar o estudiar.

También se verificó un incremento en el Índice de Satisfacción con la calidad de los servicios de cuidado infantil de 2014 a 2017, al ubicarse entre 92 y 97 puntos de 100. Esto responde a la opinión de las madres, padres o tutores beneficiarios, que consideraron tener mejoras en su calidad de vida y observar impactos en el desarrollo del lenguaje, de habilidades sociales y motrices de sus hijos.

Por otro lado, el think tank Gestión Social (Gesoc) asignó una calificación de 96.9 de 100 puntos al diseño del programa de Estancias Infantiles en su herramienta Índice de Desempeño de los Programas Públicos Federales (INDEP), en su edición de 2018. En otros aspectos, el programa alcanza 85.6 puntos en desempeño, 74.3 puntos en cumplimiento de metas y 23.2 puntos en cobertura, lo que promedia una calificación de 54.39 puntos. Gesoc clasifica este programa dentro de aquellos que reflejan la Dispersión Programática y Presupuestal de la Política Social debido a que cuenta con una alta calidad en el diseño y avance en el cumplimiento de metas, pero tiene una baja cobertura de atención, lo que se podría asociar a la falta de presupuesto.

¿Y qué hay del documento con las revisiones en las que supuestamente se detectaron “irregularidades” del programa de Estancias? No está disponible al público. En las respuestas a solicitudes de transparencia que se han hecho al DIF y a la Secretaría del Bienestar –disponibles a todo público en la Plataforma Nacional de Transparencia– no se aporta información adicional a la que dio a conocer la Secretaría del Bienestar en la conferencia de prensa del 18 de febrero de 2019 en Palacio Nacional.

  1. Amplían la brecha entre niños “privilegiados” y “no privilegiados”

Mientras el número de niños que asiste a Estancias Infantiles aumenta, el presupuesto se reduce. De 2017 a 2018 el número de niños inscritos en el guarderías del IMSS se redujo en 4,343 niños. En cambio, las Estancias Infantiles atendieron a 1,927 niños más de 2017 a 2018. El subsidio anual otorgado por el gobierno federal a las estancias por niño es cada vez menor en términos reales.

El gobierno pasó de implementar un subsidio por niño para el Programa de Estancias Infantiles de 12 mil 516 pesos en 2017 a uno de 9 mil 600 pesos en 2019. En contraste, el subsidio otorgado a las guarderías del IMSS por niño aumentó de 58 mil 255 pesos en 2017 a 64 mil 760 pesos para 2019.

El subsidio otorgado por el gobierno federal por niño para el programa de Estancias Infantiles representa apenas el 19% del subsidio otorgado al programa de guarderías del IMSS. Es decir, el Gobierno aporta siete veces menos al cuidado de un niño que asiste a Estancias Infantiles que en uno que está afiliado al IMSS. Los primeros pertenecen a familias con mayor vulnerabilidad económica, ya que al trabajar en la economía informal tienen menos prestaciones sociales. Reciben menos desde la primera infancia, afectando su desarrollo y perpetuando la desigualdad que tanto nos limita y ofende.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha expresado su preocupación ante este panorama. Argumenta que la falta de acceso de los niños a las Estancias Infantiles los pone en situación de riesgo para su integridad, seguridad y posibilidades de desarrollo, además de aumentar la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres. ¿Quedarán a la deriva los derechos humanos? Un Señor Político dio y otro Señor Político quitó, ésa es la realidad de un país en el que el cumplimiento de los derechos está supeditado al vaivén político.

[1] De acuerdo con un reporte de la OIT.

[2] Todas las cifras en el documento están en términos constantes, se deflactaron con el INPC promedio anual de 2018 y para el 2019 se utilizó el factor 1.039 establecido en los CGPE de la SHCP.

[3] Ficha de Monitoreo 2017 – 2018 del Coneval al Programa de Estancias Infantiles para apoyar a madres trabajadoras.

[4] No obstante, identifica que sólo un subgrupo de niños que asiste a las Estancias presentó un impacto significativo en su desarrollo, lo cual representa un área de oportunidad para el programa e incluir como uno de sus objetivos principales el desarrollo en la primera infancia.

[5] Ficha de Monitoreo 2017 – 2018 del Coneval al Programa de Estancias Infantiles para apoyar a madres trabajadoras.