Perspectiva 2023 de la transición energética en Guanajuato

Por Ana Lilia Moreno y Viviana Patiño Alcalá

El Índice de Transición Energética 2023 (ITE2023) desarrollado por el Foro Económico Mundial (FEM) indica que el mundo va avanzando en el camino de la transición energética (TE), pero que el ritmo y velocidad de este proceso se ha estancado en los últimos tres años, debido a los crecientes desafíos impuestos por sucesos como la pandemia por covid-19 y los conflictos comerciales y bélicos entre las grandes naciones –China, Rusia y Estados Unidos, destacadamente–. Las volatilidades en el mercado energético internacional resultantes de dichos fenómenos han llevado a choques de precios, sobre todo en los combustibles, y han materializado una subida en el riesgo de pobreza energética, sufrida por la población.

Frente a este panorama, los países de bajos ingresos han sido afectados de manera desproporcionada, pues enfrentan desafíos simultáneos: la inflación de los precios de los combustibles, de los alimentos y el creciente endeudamiento. Así, según el FEM, si bien el desempeño en sostenibilidad ambiental presenta mejoras aceleradas y los países están priorizando la seguridad energética, es necesario abordar la preparación para una transición más inclusiva y más resiliente. Así, las políticas públicas enfocadas en una transición energética equilibrada deben fomentar las inversiones en energía limpia, promover la innovación, impulsar la eficiencia y asegurar que la transición beneficie a todos los segmentos de la sociedad.

Los resultados del ITE2023 para México revelan un declive en el camino nacional a la transición energética, y que también se observa en sus dos subdimensiones básicas –desempeño del sistema y nivel de preparación para la TE–, en las que bajamos de un zenit de 57.1 puntos (donde el nivel máximo de TE es igual a 100) a 54.1 puntos respecto del año anterior. Pero más allá de los puntajes, lo sustantivo radica en conocer el detalle de los componentes, y mejor aún, lograr un acercamiento a las realidades que se viven a nivel local dentro de esas categorías de análisis, pues, como mencionamos en el artículo anterior, “De lo local a lo global, claves para medir la transición energética subnacional”, la solución para combatir el cambio climático depende de qué tanta mitigación se verifica en las localidades a través de la descarbonización de los procesos productivos, de consumo y de transporte.

Desde México Evalúa hemos realizado un esfuerzo para construir y aplicar indicadores de transición energética subnacional en nuestro país, susceptibles de compilarse en un tablero que nos ayude a dimensionar el camino que las entidades federativas están siguiendo hacia la transición energética, con sus oportunidades y obstáculos.

Tomamos el Energy Transition Index (ETI) y el Insight Report: Fostering Effective Energy Transition 2023 como nuestras principales referencias metodológicas, con el fin de sistematizar un análisis con categorías y variables adaptadas a la realidad mexicana. Asimismo, tomamos  en consideración elementos analíticos de las categorías utilizadas para la aplicación del modelo en China a nivel subnacional en el estudio Measuring the low-carbon energy transition in Chinese cities, en el que un análisis en 282 ciudades chinas reveló variaciones relevantes entre ciudades en materia de transición energética, y pudo llegar a calcular una reducción potencial de un tercio de las emisiones de GEI condicionado al avance de las ciudades hacia la TE.

Por supuesto, tuvimos que adaptar el marco metodológico a la realidad mexicana; por ejemplo, incorporamos la categoría de pobreza energética en la dimensión de desempeño del sistema. O bien lo acotamos dada la disponibilidad pública de las fuentes de información a nivel estatal. De cualquier manera, sistematizamos dicha información en fichas de investigación, en las que registramos las bases teóricas y bibliográficas para la construcción de cada indicador y la medición en rangos de información disponible y razonable, con el fin de tener nociones de cambio en los últimos cinco a ocho años, aproximadamente. Así, establecimos una base en 2015 y su cambio respecto del último dato publicado. Cabe reiterar que tanto la información del año base como la del último año disponible se estableció dependiendo del acceso a datos públicos.

Tenemos intención de aplicar este seguimiento en la mayor cantidad posible de entidades federativas, entrega tras entrega. Iniciaremos con Guanajuato. Aquí describiremos nuestros principales hallazgos, mediante la exploración de las dimensiones del ITE que se usan para evaluar el desempeño energético –eficiencia, sustentabilidad, pobreza energética, etc– y el nivel de preparación de la economía de Guanajuato para la TE. Esto, con base en dos subconjuntos de indicadores: 1. su estructura económica y regulatoria –regulación, gobernanza, economía y compromiso político–, y 2. el potencial de capacidades, según diversos indicadores de capital e inversión, infraestructura, innovación y tecnología, capital humano y participación del consumidor.

Repetimos, las fuentes de información fueron públicas, y la ventana de análisis se contempló para observar los datos ubicados en un rango de cinco a  años atrás del dato más reciente encontrado. Los datos y detalles de la investigación se encuentran disponibles en esta tabla.

Panorama general

Durante la última década, Guanajuato ha experimentado un constante crecimiento económico. Entre 2016 y 2022, el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE) de la entidad mostró una resiliencia destacada. El desarrollo de la industria manufacturera, el turismo y otros sectores relevantes en la región, como la minería, han impulsado el crecimiento económico, particularmente después de la pandemia. Sin embargo, para 2022 Guanajuato aún no se recupera plenamente, pues está a 0.5 puntos porcentuales de lograr el nivel que registró en 2016. No obstante, su crecimiento de PIB para 2021 registró un 6.9%, que se encuentra por encima del rango establecido como meta promedio estatal en su Plan Estatal de Desarrollo, que va de 4.8% y 5.6%.



La economía guanajuatense se encuentra diversificada principalmente en los sectores automotriz, manufactura, agricultura y turismo. En cuanto a su economía, en 2021 Guanajuato se dedicaba en 5.3% a la actividad primaria, 39.1% a actividad secundaria y 55.6% a actividad terciaria, y con respecto a 2014, la entidad ha experimentado aumentos en los porcentajes de las actividades primaria y terciaria de 1.8 y 0.9 puntos porcentuales, mientras que la actividad secundaria disminuyó en 2.8 puntos porcentuales, según datos del Inegi. No obstante, la fuerte presencia de empresas multinacionales como General Motors, Honda y Mazda ha convertido a Guanajuato en un epicentro clave de la industria automotriz en México, todo un centro exportador de productos manufacturados, especialmente vehículos y autopartes, con el empleo y la derrama económica que supone. Además, se han realizado inversiones significativas en infraestructura, incluyendo carreteras, puertos y aeropuertos, para facilitar el comercio y el transporte de mercancías, y en la construcción de parques industriales para atraer inversiones.

Sin embargo, a pesar de estos avances, el estado enfrenta desafíos relevantes. El principal, tal vez, es la presencia de la refinería de Salamanca, a cargo de Petróleos Mexicanos (Pemex), y de la Central Termoeléctrica de Salamanca, a cargo de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), además de una red importante de ductos del Cenagas. Dichas infraestructuras tienen un impacto relevante en la generación de empleo en la entidad, y contribuyen a la economía local, pero también plantean retos ambientales y presupuestales de gran calado. Es preocupante, hay que decirlo, la falta de información pública disponible sobre impactos ambientales que puedan apoyar a la investigación de datos históricos sobre emisiones de gases contaminantes de dichas plantas industriales en Salamanca. Si bien el Gobierno del estado publica diariamente los niveles de contaminación de Salamanca, nuestro equipo de investigación no pudo hallar series de datos para dar seguimiento histórico a las emisiones. En los reportes de Pemex los datos se presentan de forma consolidada para todo el Sistema Nacional de Refinación.

Por otro lado, identificamos que entre 2015 y 2022 la cartera de inversión del Gobierno federal para Guanajuato destinó en promedio 78% de sus recursos a proyectos de mantenimiento y renovación de dichas infraestructuras, siendo 2022 el año en que se concentró el 94.9% de los recursos a proyectos de Pemex y de CFE, cifras calculadas con datos extraídos de fuentes oficiales (en 2015 dicho porcentaje era de 62.2%). Con ello, es posible observar que, al menos para Guanajuato, los recursos federales destinados a la energía, y en el mejor de los casos a proyectos relacionados con la TE, dependen de la gobernanza de las empresas productivas del Estado, y en todo caso en la capacidad de negociación que las autoridades locales puedan lograr con dichas empresas para disminuir los impactos ambientales o sociales. De ahí que la promulgación reciente de impuestos ecológicos en Guanajuato (2022 y 2023) tenga una importancia radical hacia el futuro. De acuerdo con el Servicio de Administración Tributaria del estado, en tres meses recaudó 2 millones de pesos. 

Desempeño del sistema energético

Veamos ahora la estructura del sistema energético en Guanajuato. Es posible observar, con datos del Centro de Control de Energía (Cenace), una mejoría en los precios marginales locales de electricidad en el mercado eléctrico mayorista, registrando una caída de 11.2% entre 2017 y 2022. Esto se debe en parte al incremento de la competencia y de nuevas tecnologías de generación en el estado.

Por otro lado, los precios de combustibles en la entidad son más altos en 2022 respecto de 2017 y 2018. Por ejemplo, se registra un aumento de 44.8% en el precio de referencia regional de gas natural por gigajoule (GJ) de consumo entre 2018 y 2022, mientras que el gas LP registró un aumento 42.9% entre 2017 y 2022. Los datos de consumo eléctrico, por su parte, indican una caída importante entre 2015 y 2022, con un decrecimiento del -7.68%, al pasar de 11,369,951 MWh en 2015 a 10,496,553 MWh en 2022. Adicionalmente, se observa una disminución en el consumo de combustibles, principalmente pesados, como el combustóleo, que entre 2019 y 2022 se desplomó 80.15%, mientras que el consumo de turbosina y gasolinas se redujo en 9.0% y 1.3%, respectivamente.

Un dato relevante es el que tiene que ver con la competencia. Por un lado, en 2016 el 100% de las estaciones de servicio para la venta de gasolina y diésel eran franquicias de Pemex, mientras que en 2022 la marca Pemex representa sólo el 55% de las estaciones de servicio. Por otro lado, en 2016 CFE tenía el 54% de las centrales eléctricas en el estado, frente a los privados que tenían el 46%, mientras que en 2021 y 2022 el porcentaje de participación de la CFE bajó a 47%, y el de la iniciativa privada subió a 53%. Es decir, se observa un mercado menos concentrado, con más centrales renovables, derivado de inversiones privadas posteriores a 2016.

La presencia de 10 plantas generadoras de energía renovable en Guanajuato es un indicativo de progreso hacia una matriz energética más limpia. Sin embargo, la información sistematizada en línea, particularmente sobre la generación efectiva de estas plantas, muestra oportunidades de mejora en términos de transparencia y acceso a la información. Las mejores prácticas internacionales resaltan la importancia de mantener informada a la ciudadanía sobre desarrollos energéticos. Una comunicación clara y constante refuerza el compromiso gubernamental con la sostenibilidad.

En cuanto a la sustentabilidad, encontramos que las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)[1] y las de otros contaminantes[2] han aumentado. En 2013, Guanajuato emitió 19,833.2956 gigagramos (Gg) de dióxido de carbono equivalente (CO2e), mientras que el dato más reciente indica que en 2017 se emitieron 24,435.5 Gg CO2e: un aumento de 23.3%. Asimismo, se observan incrementos en otros contaminantes como partículas por millón (PM10 y PM2.5), dióxido de azufre SO2, monóxido de carbono (CO) y óxidos de nitrógeno (NOx). Los únicos contaminantes que lograron una disminución en emisiones fueron los compuestos orgánicos volátiles (COV) y el amoniaco (NH3). En promedio, los otros contaminantes aumentaron en las siguientes proporciones: PM10: +7.37%; PM2.5: +5.24%; SO2: +0.50%; CO: -17.26%; NOx: +21.45; COV: -1.4%; NH3: -17.96%.

Cabe señalar que en Guanajuato se registra un seguimiento de “otros contaminantes”, denominados “contaminantes criterio”. En 2017, se actualizó el inventario público con datos sobre la cantidad de contaminantes emitidos por diferentes fuentes. Estas fuentes incluyen fábricas, locales grandes y pequeños, vehículos y la naturaleza. Para cada tipo de fuente, se calculan las emisiones de partículas pequeñas, dióxido de azufre, monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, amoniaco y compuestos químicos que contribuyen a la formación de ozono en la atmósfera (SMAOT, 2022). Dentro de algunas particularidades por municipio, se destacan, por ejemplo, los datos de Salamanca, que supera lógicamente a todos los demás en cuanto a emisiones de contaminantes criterio. El segundo municipio en reportar emisiones altas de contaminantes criterio es San Luis de la Paz, y el tercero León.

Por otro lado, el seguimiento a indicadores sobre temperatura y sequías de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) también es relevante para observar el fenómeno de cambio climático en la entidad. Entre 2015 y 2022, la temperatura máxima aumentó 3.3%, y la promedio 1%, al pasar de de 27.4° a 27.9°, y de 19.1° a 19.3°, respectivamente. En cuanto a las sequías, se observa en ese mismo periodo un aumento de 71.8%, al pasar de un 22.8% a un 94.6% de territorio máximo afectado. Consecuentemente, se observa una disminución de 42.9% en los niveles de precipitación, pues en 2015 se registró un nivel pluvial de 840.8 mm anual, y en 2022, 480.1 mm anual.

Sobre las condiciones de pobreza energética observables: el número de usuarios domésticos de la CFE pasó de 1,669,925 en 2015 a 1,994,664 en 2021, y a 2,006,261 en 2022. Y en el mismo sentido, los hogares con acceso a electricidad aumentaron de 99.1% en 2016 a 99.4% en 2020, y esta última cifra bajó en 2022[3] a 98.3%. Por otra parte, el uso de leña en los hogares se ha reducido, hasta llegar al 5.3% en 2022, y los hogares con generación distribuida[4] sumaron 1,846 ese año. Sin embargo, los datos de asequibilidad energética muestran que los guanajuatenses han gastado más en energía eléctrica y combustibles respecto de su salario en 2022 (8.93%) de lo que gastaban en 2016 (8.22%). Aunque esto significa que su consumo energético absorbe más de su salario, se observa una mejoría respecto de 2020, año en que gastaron 10.57% en promedio.

Estructura institucional del estado y su sistema económico

Según una investigación desarrollada por la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), en colaboración con la UKERC (2014), una de las formas más efectivas de lograr una transición energética exitosa es por medio de políticas públicas fuertes. Sin embargo, evaluarlas es un reto debido a la influencia multifactorial para su éxito. China, por ejemplo, involucra factores como regulaciones, compromiso político, estructura y capacidades de sus instituciones. Otro caso es el de Europa Central y Oriental, en donde se definió primero la importancia de crear políticas públicas especiales de acuerdo con el contexto del lugar, de forma que éstas sean adaptables en cualquier momento y que contengan metas alcanzables y coherentes con las capacidades institucionales. Por lo tanto, si se planea evaluar y/o analizar el progreso de la transición energética, es sumamente importante contar tanto con indicadores sobre las políticas públicas y su entorno como con el sistema jurídico, el entramado institucional y el sistema económico. Todos estos ángulos nos resultan útiles para entender la efectividad de las medidas de la TE en Guanajuato.

Aunque no existe una ley específica de transición energética en Guanajuato, sí existen políticas públicas, como la llamada Iniciativa de Transición Energética Sustentable de Guanajuato, lanzada en marzo de 2023, impulsada por la administración del gobernador Diego Sinhué, con el apoyo de la Agencia de Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable (GIZ). Su objetivo: impactar de manera positiva en la transformación energética de las pequeñas y medianas empresas (PyME). El programa pretende beneficiar a 15 empresas a través de un diagnóstico energético sin costo y una certificación que podrá generarles ahorros y favorecer su capacidad de resiliencia, pues se les abriría acceso a créditos con la banca privada y la banca de segundo piso para la adquisición de paneles solares.

Por lo que toca a la gobernanza, encontramos que, a pesar de que la Secretaría del Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial plantea ejes relacionados con la TE en su política ambiental rumbo al 2050, y se observa una actividad continua de divulgación y eventos para concientizar sobre la importancia de combatir el cambio climático, hoy no hay un monitoreo específico de planeación y el avance de la TE en el estado de Guanajuato. Es de notar que, si atendemos a las declaraciones del gobernador actual, la Agencia Estatal Energética podría estar próxima a materializarse en el estado, la cual dependería de la Secretaría de Desarrollo Económico Sustentable. Por lo demás, como políticas y programas estatales que buscan promover la adopción de energías renovables, tenemos el Programa Impulso a la Sustentabilidad Energética, cuyo propósito es contribuir a la reducción de emisiones de gases y compuestos de efecto invernadero del sector energético e impulsar la transición y seguridad energética a través de la implementación de fuentes renovables de energía que mejoren la calidad de vida de la población. Este programa otorga apoyos en especie, que consisten en el suministro, instalación y puesta en marcha de un sistema fotovoltaico en las instalaciones del beneficiario, así como la capacitación del personal para su uso y mantenimiento.

En cuanto a la rendición de cuentas y monitoreo de la TE, Guanajuato facilita a sus ciudadanos el acceso a información relacionada con el cambio climático a través de un sitio web de fácil navegación llamado Contigo siempre. Aunque no se centra exclusivamente en la transición energética, este recurso pone a disposición del público en general información relevante relacionada con el desarrollo, la sustentabilidad, el cambio climático, la seguridad, economía, inversión y otros.

Potencial atracción de la TE (readiness)

Guanajuato cuenta con características que lo posicionan como un espacio favorable para la atracción de la transición energética, que no es otra cosa que su capacidad para atraer inversión que permita contar con tecnología lista para su uso. En materia de tecnologías de generación limpia y esquemas de generación distribuida, se observa un avance en la entidad; por un lado, la capacidad instalada en operación de centrales de tecnologías limpias pasó de representar el 0.3% en 2015 a 18.4% en 2022. De esa capacidad nueva instalada, a 2022, el 90.7% correspondió a tecnologías limpias como solar fotovoltaica, hidráulica y biogás.

En generación distribuida, que se utiliza principalmente para la generación dentro de los mismos centros de consumo, se pasó de 9.41 MW de capacidad instalada en 2017 a 151.39 MW en 2022, representando un crecimiento de 1,500%, y de 1,393 contratos a 15,712 contratos en el periodo señalado.

Asimismo, en materia de movilidad estatal, las ventas de vehículos eléctricos e híbridos han experimentado un crecimiento notable, pasando de 185 unidades eléctricas e híbridas en 2018 a 1,762 en 2022, lo que representa un incremento de 852%, y para 2021 existían en el estado 48 puntos de recarga, de los cuales 19 se encuentran en el municipio de León. Sin embargo, la entidad tiene aún grandes pendientes en materia de infraestructura para la movilidad pública. El corredor industrial concentra dos tercios de la población de la entidad, con cuatro áreas metropolitanas –León-Silao-Rincón, Irapuato-Salamanca, Celaya-Laja y Guanajuato–, localidades con condiciones muy diferentes de desarrollo. La ciudad de León tiene un sistema integrado de transporte y una red de ciclovías, pero que resultan insuficientes para promover una verdadera transición de la población hacia la sustitución sustentable y segura del transporte privado. De acuerdo con los datos proporcionados en el 5o informe de gobierno, 12 municipios cuentan con espacios destinados a estacionamiento de bicicletas; esto es, el 26% de los municipios de la entidad.

La asignación de presupuesto para la Secretaría de Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial muestra fluctuaciones en los últimos años. Por ejemplo, en 2019, el presupuesto para dicha secretaría fue equivalente a 0.87% del presupuesto total; para 2020, dicho porcentaje disminuyó a 0.82%, y en 2021 y 2022 a 0.36% y 0.42%, respectivamente, para después aumentar a 0.92% en 2023. La mejor práctica en la administración pública sugiere que los presupuestos destinados a áreas críticas, como el medio ambiente, deberían ser consistentes y, si es posible, incrementarse anualmente, teniendo en cuenta la creciente importancia de la sostenibilidad y el impacto del cambio climático. Las fluctuaciones abruptas, como las observadas entre 2022 y 2023, pueden indicar cambios en las prioridades gubernamentales o respuestas a situaciones contingentes. Es crucial que los gobiernos mantengan un compromiso sostenido y creciente con el medio ambiente, pues esto facilita una planificación a largo plazo y la ejecución de proyectos significativos, a la vez que envían señales consistentes para atraer proyectos de inversión con componentes de sostenibilidad.

En 2022, Guanajuato recibió 635.8 millones de dólares (mdd) de Inversión extranjera directa (IED), y en la industria eléctrica ascendió a 38.8 mdd, cifras por debajo de los 1743.8 mdd que la entidad recibió en 2013, y de los 237.6 en 2014. Además, según datos del Gobierno del Estado, en 2022 contaba con 2,379 mdd de inversiones comprometidas y 6,289 mdp de formación bruta de capital fijo, datos, sin embargo, 9.5% y 4.7% menores a los registrados en el 2015.

En 2023, Guanajuato ha realizado una inversión significativa en infraestructura, innovación y tecnología, destacando el aumento de fondos asignados al Instituto de Innovación, Ciencia y Emprendimiento para la Competitividad para el Estado de Guanajuato (110,398,626.34 pesos, un monto más del doble de los invertido en 2021). Esta inversión representa un hito importante en el desarrollo del estado, y tiene un impacto directo en su capacidad para promover la competitividad y el crecimiento económico. Este aumento sustancial en la inversión sugiere un interés del estado en fortalecer su base de conocimiento, promoviendo la investigación y el emprendimiento. Asimismo, en cuanto al gasto en educación, aunque se ha realizado una inversión significativa en innovación y tecnología, el porcentaje de gasto en la Secretaría de Educación de la entidad, en relación con el presupuesto de la administración pública centralizada, ha disminuido del 66% en 2022 al 58% en 2023. Esto indica un cambio en las prioridades de gasto, posiblemente con una mayor inversión en proyectos y programas específicos relacionados con la innovación y el desarrollo tecnológico.

Ejemplo de lo anterior es el proyecto Sistemas de Calentamiento Solar de Agua en el Estado de Guanajuato, que instala calentadores solares en viviendas de los 46 municipios del estado, y con el cual la entidad busca mitigar 5,523 toneladas de dióxido de carbono equivalente por año que sumarían, por lo menos, 55,000 toneladas en un período de 10 años. Según los datos reportados por el Poder Ejecutivo local, esto supuso un gasto en 2022 de 34,860,934 pesos.

En cuanto al empleo que podría enfocarse hacia innovación y sectores relacionados con la transición energética, los datos revelan una cierta diversificación. El hecho de que el sector de servicios profesionales, científicos y técnicos represente el 1.93% de la población ocupada indica un enfoque en la especialización y la profesionalización de la fuerza laboral, según datos de la Secretaría de Economía. Esto podría estar relacionado con los esfuerzos para fomentar la innovación y la tecnología, ya que estos sectores suelen requerir habilidades técnicas avanzadas. Y aunque el sector de la minería representa solo el 0.24% de la población ocupada, no debe subestimarse su contribución a la economía del estado, según datos oficiales. La minería puede tener un impacto significativo en términos de ingresos y recursos naturales. Es importante monitorear de cerca este sector y garantizar su sostenibilidad y responsabilidad ambiental.

En resumen, Guanajuato ha realizado un esfuerzo notorio para impulsar la infraestructura, la innovación y la tecnología en 2023. Se destaca la inversión significativa en el Instituto de Innovación, Ciencia y Emprendimiento para la Competitividad. Sin embargo, es importante mantener un equilibrio en la inversión en educación, y seguir fomentando la diversificación del empleo para garantizar un crecimiento sostenible y una economía más resiliente en el futuro.

Conclusiones

El análisis de los 39 indicadores de desempeño en relación con la transición energética en Guanajuato nos revela una imagen mixta de avances y desafíos:

Mejoras sustanciales: el hecho de que el 43.6% de los indicadores hayan mostrado una mejora es un indicio positivo. Esto sugiere que Guanajuato está tomando medidas concretas para avanzar hacia una transición energética más sostenible y eficiente. Estas mejoras pueden estar relacionadas con la adopción de fuentes de energía más limpias, la implementación de políticas de eficiencia energética o la promoción de tecnologías renovables.

Desafíos persistentes: el hecho de que el 33.3% de los indicadores hayan empeorado resalta la complejidad de la transición energética. Algunos de estos indicadores podrían estar relacionados con desafíos económicos o estructurales que dificultan la adopción de prácticas más sostenibles.

Falta de datos históricos: el 23.1% de los indicadores no cuenta con datos para dar seguimiento histórico. Esto puede dificultar la evaluación precisa de su evolución. Es importante que Guanajuato trabaje en la recopilación y el seguimiento continuo de datos relevantes para comprender mejor los cambios en el ritmo de la transición energética.

En general, estos resultados subrayan la importancia de un enfoque integral y sostenible en la gestión de la transición energética en Guanajuato. Esto implica la necesidad de seguir monitoreando y evaluando los indicadores de desempeño, abordar los desafíos persistentes y utilizar las mejoras como un punto de partida para lograr un sistema energético más limpio, eficiente y sostenible en el estado. Además, la recopilación de datos históricos más completos facilitaría una comprensión más precisa de la evolución a lo largo del tiempo y permitiría tomar decisiones informadas en el futuro.

Desde México Evalúa, seguiremos revisando a nivel subnacional y nacional los procesos de transición energética para proporcionar una visión clara de su avance, desde distintos ángulos. Esperamos que este trabajo constituya una herramienta útil para autoridades y otros interesados.


[1] Los gases de efecto invernadero (GEI) son aquellos gases que se encuentran en la atmósfera que fueron generados ya sea de forma natural o antropogénica. Dichos gases tienen la característica de absorber y emitir radiación que es emitida por la Tierra, las nubes o la atmósfera (Benavides & León, 2007). Los GEI incluyen H2O (Vapor del agua), CO2 (dióxido de carbono), N2O (óxido nitroso), CH4 (metano), O3 (ozono),  SF6 (hexafluoruro de azufre), HFC (hidrofluorocarbonos), y PFC (perfluorocarbonos). México Evalúa (2022)

[2] Además de los gases de efecto invernadero, existen otros contaminantes en la atmósfera que se presentan en forma de partículas o gases que son tóxicos para el ser humano. Al momento de evaluar la calidad del aire, por ejemplo, estas partículas y gases se presentan como “otros contaminantes” ya que no están dentro de los GEI. Los otros contaminantes son los siguientes: PM10, PM2.5, SO2, CO, NOx, y COV. México Evalúa (2022).

[3] En 2022, la ligera reducción en la electrificación de los hogares mostrada por los estimadores de la ENIGH, podría tratarse de una variación de la muestra o una disminución real de los hogares con acceso a electrificada. Por lo que es relevante mantener la atención en la siguiente evaluación de la ENIGH.

[4] La ley de la Industria Eléctrica dicta que la Generación Distribuida es la generación de energía eléctrica que cumple con las siguientes características: i) Se realiza por un Generador exento en los términos de esta Ley, y ii) se realiza en una Central Eléctrica que se encuentra interconectada a un circuito de distribución que contenga una alta concentración de centros de carga, en los términos de las Reglas del Mercado. Los lineamientos que establecen los criterios para el otorgamiento de Certificados de Energías limpias establecen que la Generación Limpia Distribuida es la Generación Distribuida a partir de energías limpias. Actualmente, la GD es mayormente solar.