Tres preguntas a la ENSU sobre percepción de inseguridad y Covid-19

Apuntes de Seguridad #1

Estos tiempos de pandemia por Covid-19 se ‘sincronizan’, desafortunadamente, con una sensación de inseguridad al interior de sus hogares que, aunque disminuyó con respecto a la del año pasado, sigue alta. De acuerdo con la más reciente edición de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), durante el primer trimestre de 2020, uno de cada cuatro mexicanos se sintió inseguro en su casa, situación que podría empeorar en los siguientes meses, a causa de la política de confinamiento.  

¿Cómo se comportó la percepción de inseguridad en la antesala de la Covid-19 y la cuarentena en México?

El 73.4% de la población considera que vivir en su ciudad es inseguro, lo cual representa una disminución con respecto a marzo de 2019, cuando se registró una cifra de 74.6%. 

Sin embargo, esto no se comporta de la misma manera en todo el territorio nacional.  Las ciudades con mayor sensación de inseguridad son Ecatepec de Morelos (94.4%), Uruapan (94.1%), Coatzacoalcos (92.1%), Fresnillo (91.4%) y Villahermosa (91.1%).

También podemos identificar que las ciudades con mayor crecimiento en su percepción de inseguridad en marzo de 2020 con respecto al mismo mes del año anterior son: Tijuana (15.8 puntos), Pachuca (12.6 puntos), Hermosillo (11.3 puntos), Morelia (11.2 puntos) y Cuernavaca (11.0 puntos).

Con #QuédateEnCasa se frena el ritmo de contagio de la Codiv-19, pero ¿qué tan seguros se sentían los mexicanos en su refugio antes de iniciar la cuarentena?

Por su parte, el 25.6% de la población mexicana se sentía insegura al interior de su casa, situación que tiene todos los visos de empeorar en los siguientes meses, debido a la política de confinamiento y la convivencia cotidiana con los integrantes del hogar. Esto representa una disminución si comparamos con el primer trimestre de 2019, cuando la percepción de inseguridad en los hogares fue de 28.2.

Las ciudades que registran el mayor porcentaje de personas con sensación de inseguridad al interior de sus hogares son: Coatzacoalcos (45.7%), Puebla (42.9%) y Uruapan (41.5%).

Por el contrario, las ciudades con el menor porcentaje de habitantes con sensación de inseguridad en la casa son: San Pedro Garza García (10%), Tampico (10.5%) y Nogales (12.9%).

Al comparar los datos de 2020 con el primer trimestre del año anterior, encontramos que las ciudades con mayor incremento en la sensación de inseguridad de sus habitantes al interior de la casa fueron Uruapan (8.8 puntos), Tlaxcala (7.7 puntos), Chilpancingo (7.1 puntos) y Manzanillo (5.5 puntos ).

¿La cuarentena incrementará los conflictos en los alrededores de nuestras viviendas? La próxima edición de la ENSU nos dará respuestas, pero este es el escenario inicial

Al comparar los datos de 2020 con el primer trimestre del año anterior, encontramos que hubo una reducción en el atestiguamiento de las siguientes conductas antisociales: bandas violentas o pandillerismo (-10.91 puntos), vandalismo (-7.58 puntos), robos o asaltos (-5.61 puntos), disparos (-3.98 puntos) y consumo de alcohol en las calles (-0.16 puntos). Sólo la presencia de venta o consumo de drogas se mantiene igual. 

Cuando analizamos con quién tienen más conflictos los habitantes de las ciudades más pobladas del país, encontramos que las personas suelen tener el 67.2% de sus conflictos con los vecinos –un dato particularmente delicado, dadas las condiciones de ‘socialización forzada’ que suele imponer una cuarentena–, seguido de desconocidos en la calle (29.3%), autoridades (18.6%) y los familiares (9.2%).

Entre las principales causas de los conflictos, se encuentran el ruido (11.4%), la basura tirada o quemada por los vecinos (10.2%) y los problemas por estacionamiento (9.5%)

Si comparamos estas cifras con el año anterior, encontramos una ligera reducción en la mayoría de las causas que originan los conflictos, como los problemas relacionados con animales domésticos (-1.2 puntos), basura tirada o quemada por vecinos (-0.9 puntos) o el ruido (-0.7 puntos).

Por otro lado, encontramos un aumento leve en las disputas con familiares por herencias, divorcios, pensiones alimenticias o custodia de los hijos (0.3%) y chismes o malos entendidos (0.2%).

Nuestras recomendaciones

Ante este panorama, las autoridades de los tres órdenes de gobierno, principalmente de las ciudades con altos niveles de percepción de inseguridad, deben redoblar esfuerzos para diseñar programas y estrategias que reduzcan y prevengan los conflictos al interior de los hogares y entre vecinos, los cuales probablemente se incrementarán durante el confinamiento. A continuación, algunas recomendaciones puntuales:

  1. Crear redes vecinales o ciudadanas para que las policías municipales puedan recibir las solicitudes de apoyo por violencia familiar, conflictos entre vecinos y conductas antisociales. Algunos municipios, como Nezahualcóyotl, cuentan con una amplia experiencia en la operación de redes vecinales en sus territorios.
  2. Fortalecer los mecanismos de justicia cívica para evitar que las conductas antisociales y los conflictos entre vecinos escalen a mayores niveles de violencia, como los homicidios o los feminicidios. Esto requiere que las policías municipales desarrollen habilidades de mediación y solución pacífica de controversias, tal como se establece en el Modelo Nacional de Policía y Justicia Cívica.
  3. Garantizar la aplicación de órdenes de protección y medidas precautorias para las mujeres que han sido violentadas. Para ello, es necesario que los policías municipales tengan capacitaciones con perspectiva de género y se coordinen con las fiscalías estatales para darle seguimiento a los casos de violencia contra las mujeres. Por ejemplo, la policía municipal de Zapopan ha implementado un programa llamado Pulso de Vida, que consiste en monitorear, a través de un dispositivo electrónico, a las mujeres víctimas durante las 24 horas del día, para atender eficazmente cualquier situación de violencia que se pudiera presentar.