El petróleo es nuestro, y la deuda de Pemex ¡también!
Hacemos un acercamiento a las pérdidas de Pemex, porque reconocer el grave problema es el primer paso para que la empresa deje de depender de rescates continuos pagados con nuestros impuestos.
Por Ana Lilia Moreno (@analiliamoreno) y Miguel del Valle*
La deuda de Pemex, que supera los 100 mil millones de dólares, es un reto financiero que amenaza las finanzas públicas de México. Con ingresos bajos y obligaciones crecientes, la solvencia de la petrolera está en entredicho. La agencia calificadora de deuda Fitch Ratings advierte que, sin un rescate del Gobierno federal a Pemex, la nota crediticia de México podría verse gravemente afectada. En este artículo hacemos un acercamiento al pasivo de la empresa petrolera para exponer la magnitud del desafío. Reconocer el problema es el primer paso para dejar de depender de rescates continuos —entendidos como “logros de la Cuarta Transformación”, en palabras del presidente López Obrador— que son pagados con nuestros impuestos.
Ya somos los contribuyentes quienes sostenemos a Pemex
Recordemos que las pérdidas anuales de las empresas estatales, como Pemex, no se esfuman, se tienen que pagar con dinero público. Esto implica un costo de oportunidad, es decir, un sacrificio de la población al recibir menos y peores servicios públicos, infraestructura, o acceso a ciertos derechos por falta de financiamiento. Situación que se agrava cuando el recurso se utiliza en rescatar empresas perdedoras que podrían ser rentables si tuvieran un mejor diseño.
Como ya lo hemos explicado desde México Evalúa, en años recientes la renta petrolera ha favorecido más a Pemex que al erario, como efecto de los apoyos gubernamentales que ha recibido. Es decir, somos los contribuyentes quienes sostenemos a Pemex, y no Pemex quien contribuye al gasto público.
Con base en información de los estados financieros de Pemex, la pérdida acumulada, para el periodo 2019-2023, suma 1.3 billones de pesos. Es un hecho que la petrolera ya no tiene la solvencia para hacer frente de forma sostenible a su deuda financiera, que está compuesta, de manera no limitada, por emisiones de bonos, créditos, préstamos bancarios, arrendamientos financieros, y sus intereses.
El reto financiero de Pemex va más allá de su deuda financiera
Desde la perspectiva del patrimonio, el saldo total que la petrolera adeuda —su pasivo total— registró 3.96 billones de pesos a diciembre del 2023, cifra que representa 1.7 veces el valor de su activo, es decir, el conjunto de bienes, derechos y otros recursos de los que es propietaria una compañía, y de los cuales se espera un rendimiento o beneficio económico futuro.
A su vez, la deuda financiera representó a diciembre de 2023 un monto equivalente a 1.79 billones de pesos. Si bien ésta ha disminuido como porcentaje del total del pasivo de un 59% en 2018 a un 45% en 2023, el porcentaje de deuda exigible a un año ha aumentado de 9% en 2018 a 27% en 2023 del total de la deuda financiera.
Para entender la magnitud del problema, basta hacer el siguiente análisis: la deuda financiera pagadera a un año, registrada a diciembre 2023, era equivalente a $477 mmdp, un monto que habría sido imposible pagar con el efectivo en caja, 68.75 mmdp, registrado en ese momento. En otras palabras, la cifra por pagar en el corto plazo representaba 6.9 veces el total en caja que tenía Pemex. Además, esta deuda por pagar no incluía otras obligaciones como pagos a trabajadores y adeudos con proveedores.
Es decir, el reto financiero de Pemex iría más allá de su deuda financiera, que ya de por sí es significativa. Además, a todo lo anterior habría que añadir el rubro en proveedores, equivalente al 9% del pasivo total; la suma de ambos rubros era de $845 mmdp —esto es, 12 veces el total registrado en ‘bancos y equivalente de efectivo’— y equivalente al 85% de lo dispuesto en el PEF 2024 para aportaciones federales para los estados y municipios del país.
Los apoyos gubernamentales a Pemex no son logros
La situación financiera de Pemex es un asunto que trasciende administraciones por la gravedad que implica para las finanzas públicas. Sus consonantes pérdidas, altos niveles de deuda con costo creciente y su falta de liquidez, son ingredientes de un círculo vicioso insostenible. Los apoyos gubernamentales, que no son logros, están muy lejos de resolver los problemas estructurales y financieros de la empresa.
Desde México Evalúa hemos realizado un esfuerzo para estudiar alternativas al modelo de negocios y financiero de Pemex. Si aún no lo has escuchado, te invitamos a ver el webinar Pemex-Equinor: en busca de un modelo para México, y a participar con nosotros en la reflexión y conversación pública sobre este tema. El costo de oportunidad de no hacer nada cada día es mayor para todos los mexicanos.