Radiografía del robo violento en el transporte público (Parte I)

Magda Ramírez @magda_geocrime | Nexos

En octubre del año pasado, México Evalúa, centro de análisis de políticas públicas, lanzó #HomicidiosCDMX, la primera plataforma de análisis hiperlocal para la violencia letal en la capital del país. Entre los numerosos descubrimientos del proyecto se cuenta la identificación detallada de los lugares con una alta concentración de homicidios (hot spots) y de los factores de propagación a nivel de calle. Pero ése es solamente un primer nivel de análisis, un punto de partida. Este trabajo pretende demostrar el potencial de este enfoque metodológico, que bien podría convertirse en un estándar para las policías y las agencias de investigación.

El robo en el transporte público es uno de los crímenes más frecuentes en la Ciudad de México. Cuando este delito está acompañado de violencia, implica grados importantes de afectación en la ciudadanía. Además, el robo con violencia es uno de los delitos que más impacto tienen en la percepción de inseguridad. No es para menos: ha mostrado un incremento en la incidencia absoluta del 58% entre 2016 y 2018. De hecho, según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE), de 2017 a 2018 casi 300,000 personas dejaron de usar el transporte público por miedo a ser víctimas de algún robo.

Como buena parte de los fenómenos delictivos en contextos urbanos, la violencia en el transporte público no sucede de manera aleatoria. Por medio del análisis de la información delictiva, es posible detectar que este delito responde a patrones específicos. Esto quiere decir que no cualquier ruta o medio de transporte está expuesto a la misma probabilidad de registrar un evento delictivo, y las características del entorno urbano también juegan un papel estadístico.

Gracias a la creación de la Agencia Digital de Innovación Pública de la Ciudad de México, la capital se convirtió en pionera en la apertura de datos de incidencia delictiva generados por la Procuraduría de Justicia de la CDMX. Las cifras nos brindan un panorama general de las carpetas de investigación por cada delito que se comete en la ciudad, tiene una periodicidad mensual e incluye también datos sobre víctimas. De esta manera, los datos publicados nos permitieron plantear preguntas sobre los patrones a los cuales responde la distribución del robo en transporte público con violencia en la CDMX en 2017 y 2018. Dado que la información se encuentra georreferenciada a nivel punto, tuvimos la oportunidad de hacer un análisis descriptivo de la forma en que este tipo de delito se comporta para tres tipos de transporte: metro, microbús y taxi.

Tal y como planteamos en nuestro análisis espacial para la reducción de la violencia letal y en un par de artículos previos,1 el análisis de la información georreferenciada es de gran utilidad para informar a la ciudadanía sobre las características de la ciudad –y ayudarla a idear mecanismos de protección–, pero también para dotar a las autoridades de mejores herramientas para la toma de decisiones.

¿Qué hicimos con los datos?

Alrededor de 12 millones de personas en la Zona Metropolitana del valle de México2 usan a diario el metro, el microbús y el taxi. Son el medio de transporte público que más utilizan los capitalinos. Esto nos motivó a hacer un análisis espacial de las rutas en las que se registraron más robos con violencia durante 2017 y 2018, con el fin de identificar cuántos ocurrieron, dónde y qué relación tienen con el espacio urbano. Para ello, primero realizamos un mapeo de la densidad mediante una técnica de Kernel.3

Una vez identificados los puntos donde se concentran estas actividades delictivas, empleamos un análisis espacial exploratorio para identificar si alguno de los tres delitos se concentraba en ciertas zonas por alguna característica del espacio urbano. En específico nos enfocamos en detectar los conglomerados o clusters con mayor incidencia. A estos espacios también se les conoce como puntos críticos o hot spots.

¿Cuántos robos (y en qué transporte) ocurren?

El robo al transporte público con violencia tuvo su peor año en 2018. La ciudad acumuló 915 carpetas de investigación por este delito4 en comparación con 2017, que tuvo sólo 671. Durante los últimos dos años, este tipo de delitos aumentó 36.3% en la Ciudad de México.

Sin embargo, al momento de estudiar cada uno por separado, nos dimos cuenta que poseen tendencias distintas; el robo a bordo de taxi pasó de 157 carpetas en 2017 a 187 en 2018, esto representa un aumento del 19.1%, mientras que el robo a microbús cambió de 651 en 2017 a 617 en 2018, es decir disminuyó en 5.3%; por otro lado, el robo a bordo de metro pasó de 137 denuncias a 111, lo cual nos muestra que descendió en casi 19%. (Ver el Gráfico 1)

Como se trata de cifras derivadas de carpetas de investigación abiertas, éstas dependen en gran medida de que la gente denuncie, por lo que la cifra negra es un factor importante a considerar. La cifra negra –el porcentaje de delitos que no son denunciados– asciende a 94%, es decir, de 100 robos en transporte público que se cometen sólo se registran seis. Esto nos invita a tener cautela con las implicaciones que le damos a las cifras oficiales, porque tienden a subrepresentar el fenómeno. No obstante, los datos que tenemos disponibles pueden señalarnos algunas características relevantes sobre los delitos denunciados y que pueden ser pertinentes para los que no se están denunciando.

¿Dónde se concentran los robos?

Durante 2017 y 2018, más de la mitad de los robos en metro se concentró en las estaciones que cumplen con dos criterios específicos: están ubicadas en el centro de la ciudad y son estaciones en donde se intersectan dos líneas, (correspondencia), que habitualmente tienen mayor afluencia de personas,5 lo cual facilita la comisión de los delitos.

 

Por otra parte, los asaltos a bordo de un microbús o una combi se concentran en ciertas avenidas principales; en espacios donde el diseño urbano (o la falta de) hacen más difícil la vigilancia formal (presencia policial, cámaras, botones de pánico) e informal (lugares de alta visibilidad).

Por ejemplo, en la Calzada Ignacio Zaragoza, que divide la zona oriente de la Ciudad de México y el municipio de Nezahualcóyotl, se presentan dos tramos de alta concentración de los asaltos:

• El trayecto que va de la estación del metro Los Reyes a La Paz en la Línea A.

• El trayecto que va de Canal de San Juan Tepalcates también de la Línea A

Otros trayectos con alta concentración son:

• Eje 1 Oriente (FFCC Hidalgo) de San Juan de Aragón y Periférico.
• Eje 3 Oriente (Francisco del Paso y Troncoso) en el trayecto del Eje 4 sur al Eje 4 oriente.
• Avenida Universidad, en el trayecto de Canal de San Juan a Benito S. Zenea.
• En el cruce de Anillo Periférico y Ermita Iztapalapa.
• En el cruce de Marina Nacional y México-Tacuba.

En el caso de los robos a bordo de taxis,6 pudimos identificar dos zonas de alta concentración: la glorieta de Cibeles en la colonia Roma Norte y la colonia Juárez (sobre todo en la Zona Rosa), que se caracterizan por alta afluencia de personas y vida nocturna. De hecho, en cuatro de los cinco trayectos donde más ocurre este delito, se trata de áreas con alta densidad de bares y centros nocturnos.

Estos trayectos son:

a) Amberes, de Hamburgo a Liverpool
b) Florencia, de Reforma a Londres
c) Oaxaca, de Cibeles a Colima
d) Insurgentes sur, de Puebla a Álvaro Obregón
e) Avenida Masaryk, en el cruce con La Fontaine

Hemos mostrado un grado de análisis que nos permite hallar diferencias en la incidencia del robo violento “a vista de pájaro”, digamos. En la siguiente entrega, iremos más allá y describiremos fenómenos interrelacionados con infraestructura urbana.

 


1 La Ruta de delito en la CDMX. ¡Súbale! Hay lugares…para el atraco.

2 Según la Encuesta de Origen-Destino en Hogares de la Zona Metropolitana del Valle de México (EOD), 2017.

3 Se trata de visualizaciones que permiten conocer el grado de concentración de un delito en un área determinada.

4 Este análisis no contempla el robo a metrobús.

5 Por ejemplo, en la línea 2 del metro las estaciones con correspondencia poseen el 32% de la afluencia total de la línea. Abril-junio, 2017.

6 Esta categoría no incluye ningún tipo de servicio privado como Uber, Cabify, o Didi, entre otros.