¡Por favor, candidatos, reaccionen!

Edna Jaime / El Financiero

Mientras continúa la campaña presidencial como si nada pasara, y siguen los debates sin propuestas serias acerca de la seguridad en el país, el vacío institucional se hace presente en cada confín del país.

Las cifras de la violencia y crimen no parecen hacer mella en nadie. El presidente de la república ya no comenta nada de lo que sucede en el país, como si hubiera dejado el cargo y estuviéramos en diciembre. Él ya está en su gira del adiós.

¿Los titulares de las dependencias responsables de cuestiones de seguridad? Podríamos usar la palabra “desaparecidos”, pero sería una falta de respeto para las miles de personas que nunca encontraremos en el país.

¿Los candidatos? En una nube.

¿Y mientras tanto? La violencia y crimen escalan, aunque ya no parece tener ningún impacto.

Entre enero y abril de 2018 se registraron 10 mil 395 asesinatos. Cifra récord para estos meses desde que tenemos registros periódicos.

Sólo en abril, se cometieron 2 mil 720 homicidios. Es el mes de abril con más asesinatos que se haya registrado en la historia reciente.

Todos los meses del 2018 han presentado una cifra récord en número de homicidio. Esto es, en cada mes que transcurre, rompemos nuestros propios techos históricos.

Podríamos seguir dando cifras, todas al alza. Podríamos mencionar el ataque de Guadalajara contra el ex fiscal Nájera y los bloqueos que le sucedieron. Podríamos hablar del robo del huachicol que no tiene control; los asaltos al transporte de carga; el ataque a vagones de ferrocarril; el asesinato de candidatos o funcionarios municipales y lo que se acumule en la semana. No hay funcionario gubernamental que comente, que reaccione.

Es preocupante el vacío institucional que conoce México y la distancia que existe entre lo que sucede y la respuesta político-institucional.

Lo que proponemos desde México Evalúa es un cambio drástico en el paradigma de la seguridad pública. Sostenemos que el diseño de la estrategia de seguridad debe buscar la articulación entre las escalas de gobierno, partiendo de lo local.

En el libro “Léase si quiere gobernar (en serio)” planteamos la necesidad de desarrollar el conocimiento y el análisis de la violencia a nivel local. Resulta imposible diseñar una estrategia de seguridad pública efectiva sin contar con diagnósticos confiables que permitan entender las dinámicas locales. Obviamente, no se trata de producir 2 mil 446 diagnósticos en toda la República, sino identificar regiones, tendencias y problemáticas a fin de diseñar estrategias focalizadas.

La(s) estrategia(s) de seguridad pública se deben apoyar en diagnósticos municipales y estatales precisos, realizados desde la entrada de la nueva administración y entregados en su primera versión en un lapso de tiempo corto, a fin de ser transformados en lineamientos administrativos, legislativos y operativos claros. Estos diagnósticos se deben seguir alimentando a lo largo del sexenio, bajo la forma de un monitoreo constante que permita adaptar la estrategia a los cambios reportados.

Basado en estos diagnósticos, consideramos que las policías municipales, o la presencia municipal de fuerzas públicas de proximidad, conocedoras de las problemáticas locales, son absolutamente imprescindibles para mejorar las condiciones de seguridad. El esfuerzo de evaluación, capacitación e inversión financiera se debe dirigir hacia fuerzas capaces de actuar en lo local, pero no aisladas y abandonadas por los estados y la Federación.

Se tiene que revertir el modelo que rige la seguridad pública desde Felipe Calderón: una crisis local provoca el llamado exprés de la entidad federativa hacia la Federación, pidiendo intervención de las fuerzas armadas federales, que conlleva la desaparición de las fuerzas municipales y del tejido de actuación local, el cual queda absolutamente aniquilado cuando las fuerzas federales se terminan retirando, como es la norma hasta ahora.

Desgraciadamente, la recuperación de las fuerzas locales tomará años. Como lo mostró el diagnóstico de la Secretaría de Gobernación acerca de las policías preventivas, publicado en diciembre pasado, el estado de éstas es alarmante. Así, el esfuerzo para profesionalizarlas y recuperarlas tiene que ser tan importante y veloz como su monitoreo.

Necesitamos un presidente trabajando 24 por 7 en este proyecto.

La crisis de violencia que vive México es política e institucional y, por ende, necesita una respuesta de este calibre.

¡Por favor, candidatos, reaccionen!