Tendrá presupuesto 2025 nivel más bajo en ciencia desde 2008

El gasto para Ciencia, Tecnología e Innovación en 2025 será de sólo 0.16% del PIB, el más bajo desde 2008 y limitará las ambiciones de Claudia Sheinbaum de hacer de México una potencia científica. 

Por Jorge Cano, Carlos Vázquez y Christopher Cernichiaro *

La prensa la ha denominado la “presidenta científica”; sin embargo, Claudia Sheinbaum destinará en 2025 el peor nivel de inversión para Ciencia, Tecnología e Innovación en 18 años: tan sólo el 0.16% del Producto Interno Bruto (PIB). Esta baja de recursos en su primer año de gobierno limitará las ambiciones que ella misma planteó en su Plan México. Entre otras metas, ese documento proyecta aumentar la proveeduría local entre las empresas o, incluso, producir vacunas en México. En otros anuncios, también ha propuesto la creación de autos eléctricos nacionales. Con tan pocos recursos, se ve poco factible. 

¿Qué explica el castigo presupuestario de estos rubros? 

Luego del gran endeudamiento del ex-presidente López Obrador en 2024, la nueva administración de Claudia Sheinbaum se ha visto obligada a realizar un ajuste fiscal a gran escala en el presupuesto para 2025 en sectores como salud, seguridad o inversión. En específico, la asignación para ciencia y tecnología se redujo. Cabe aclarar que no todos los rubros fueron castigados: las becas y pensiones del bienestar incluso tuvieron aumentos, lo que refleja las verdaderas prioridades del Gobierno. 

Ciencia sin apoyo: el presupuesto de 2025 es un retroceso

En 2025, el presupuesto destinado a Ciencia, Tecnología e Innovación será de apenas 57.8 mil millones de pesos (mmdp), lo que representa un recorte del 7.4% (4.6 mmdp) en términos reales frente al monto aprobado para 2024. Esto será apenas el 0.16% del PIB, mucho menor al 0.28% que alcanzó en 2015 durante la administración de Enrique Peña Nieto (EPN), cuando llegó al máximo histórico de 89.9 mmdp. En total, el presupuesto de 2025 será un 35.7% (32 mmdp) menor al punto más alto logrado, una alarmante disminución en el apoyo a la ciencia y la tecnología en México.

Para dimensionar, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) recomienda que los países inviertan al menos el 1% del PIB en ciencia y tecnología. Mientras que en América Latina el promedio es del 0.6% y Brasil destina hasta el 1.2%. En contraste, las potencias líderes en desarrollo tecnológico, como Estados Unidos, China, Japón y Corea del Sur, invierten el 2.8%, 2%, 3.2% y 4.5% respectivamente, subrayando el enorme rezago de México en este sector clave para el futuro.

¿Qué impactos tiene la baja inversión en ciencia y tecnología? 

La limitada inversión en ciencia afecta de modo directo el número de patentes. En 2023, México registró 15,630 solicitudes de patentes, lo que representó el 28% de las 55,200 solicitudes realizadas en América Latina y el Caribe. Aunque esta cifra refleja la relevancia de México en la región, se encuentra muy por debajo de las 25,369 solicitudes registradas por Brasil, una diferencia de casi 10,000 patentes. 

Al analizar estas solicitudes en proporción a la población, México alcanzó 119 patentes por millón de habitantes, superando el promedio regional de 86, pero aún por detrás de países como Chile, con 163, y Brasil, con 120.  Que un país genere menos patentes que otro puede tener implicaciones significativas para su desarrollo económico, su capacidad de innovación y su competitividad en el mercado global.

Nueva Secretaría de Ciencia nace debilitada

La nueva Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti), será el principal ente promotor de la ciencia, tecnología e innovación en México. No obstante, nace con recortes presupuestarios comparada con los recursos que manejaba cuando se le conocía como Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt). La Secihti para 2025 contará con un presupuesto de 33 mmdp, lo que implica un recorte de 3.7% (1.3 mmdp) frente al monto aprobado para 2024 del Conahcyt, y es 36.3% (18.8 mmdp) menor a lo ejercido en 2015 cuando llegó a invertir hasta 51.7 mmdp para la promoción de la ciencia en el país. 

Es más, este presupuesto de la Secihti es el más bajo para la promoción de la ciencia desde 2011, un retroceso presupuestario de 14 años en los recursos para la principal entidad encargada del desarrollo tecnológico y científico del país. 

Una década de recortes presupuestarios en ciencia y tecnología 

A partir de 2015 el presupuesto enfocado a la ciencia comenzó a reducirse progresivamente, lo que provocó la desaparición de varios programas en los años subsecuentes. Muchos programas desaparecieron desde 2016 y otros cuantos en 2019, con la llegada de López Obrador. Con Claudia Sheinbaum no desaparecen programas en su primer año de Gobierno, pero vale la pena destacar que el Secihti contará con sólo seis programas, cuando en 2015 el Conacyt llegó a contar con alrededor de una veintena (entre los que se creaban y los que desaparecían).  

La desaparición de 11 programas en la última década conlleva una desarticulación de los esfuerzos del gobierno para promover la ciencia, tecnología e innovación. El apoyo a la innovación queda reducido a la entrega de becas a investigadores de posgrado y para aquellos que pertenecen al Sistema Nacional de Investigadores, pero abandona el alcance a otros actores como son: empresas, entidades federativas y sectores productivos. 

Mencionemos, como ejemplo, el programa Innovación Tecnológica para negocios de alto valor agregado. En 2014 llegó a contar con recursos de hasta 6.5 mmdp y operaba como un instrumento de financiamiento para fomentar en las empresas privadas la investigación, la innovación y el desarrollo de tecnología. En 2016 este programa cambió de nombre a “Innovación tecnológica para aumentar la productividad de las empresas” y existió hasta 2019. Así, desde 2020 no se cuenta con un programa enfocado únicamente a la innovación en empresas sin importar su tamaño. Si bien hay presupuesto para los Programas nacionales estratégicos de ciencia, tecnología y vinculación con el sector social, público y privado; éstos atienden a un amplio espectro de población, y están enfocados en gran parte a la investigación académica.

Aparte, sufren de limitaciones operativas y presupuestarias: se cuenta con 1.45 mmdp, que son inferiores a los 6.5 mmdp que se destinaban sólo para la promoción de la innovación en las empresas. Estos limitados recursos deben destinarse entre un grupo más amplio de beneficiarios. En términos operativos, estas iniciativas están prioritariamente enfocadas en el desarrollo de tecnologías, siempre que su destino sea atender necesidades del gobierno. 

De acuerdo con el economista turco Dani Rodrik (2019), es necesario que el Gobierno impulse la innovación en sectores con el potencial de abrir nuevos paisajes industriales para el sector privado. De ahí la importancia de que se promuevan programas presupuestarios enfocados en expandir la educación, innovación y el desarrollo tecnológico, permitiendo la transferencia de conocimientos y tecnologías entre sectores productivos. Todo ello favorece el crecimiento sostenible y la confianza en el desarrollo económico a largo plazo.