El mensaje del FMI a México: Que Dios los agarre confesados

Liliana Ruiz  y Alejandro García / Animal Político 

El mes pasado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) dio a conocer su evaluación para 2017 a nuestro país.  El reporte “Consulta del Artículo IV” analiza el contexto económico y financiero en México, así como los aspectos que lo afectan tanto positiva como negativamente. Asimismo, se hacen recomendaciones para mejorar nuestro desempeño económico. Como en años anteriores, el FMI puso sobre la mesa “pendientes” que desafortunadamente no terminan por cuajar en nuestro país. ¿Cuáles fueron sus principales observaciones?

Si bien se reconoce que la economía mexicana ha resistido “relativamente bien” ante un entorno internacional que es, por decir lo menos, “complejo” -debido especialmente a la renegociación y revisión del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN)- también se hace hincapié en que nuestro país debe mantener políticas hacendarias sensatas.

Por ejemplo, el FMI destaca que es necesario continuar y comprometerse con una trayectoria decreciente de la deuda pública. En México, en los últimos diez años, el crecimiento de la deuda ha presionado a las finanzas públicas, provocando que se desvíe el gasto de sectores prioritarios, como desarrollo social, hacia otros como el pago del costo financiero. Para ejemplificar el impacto que tiene el costo[1] de la deuda pública en nuestro país, basta mencionar que para 2018 se estima que sea el más grande en términos reales desde 1990. En 2018, se aprobó[2] ejercer un gasto de 698 mil millones de pesos, lo equivalente a la suma del presupuesto de nueve secretarías prioritarias: Educación Pública (SEP), Salud, Desarrollo Social (Sedesol), Comunicaciones y Transportes (SCT), Cultura, Conacyt, Desarrollo Agrario, territorial y Urbano (Sedatu), Medio Ambiente (SEMARNAT) y Energía (Sener).

Otro punto de preocupación es que no terminan de quedar claras la política y objetivos de la contratación de deuda; no se conoce con certeza el destino de la misma, ni los proyectos financiados o su impacto. También se menciona que es necesario utilizar en su totalidad el remanente de operación del Banco de México (ROBM)[3], ingreso que por cierto no es recurrente, para la amortización de la deuda. Esto significa que si tenemos deuda y un costo financiero en niveles históricamente altos, y de pronto recibimos un ingreso adicional, deberíamos utilizarlo para disminuir nuestro nivel de endeudamiento.

Fuente: Elaborado por México Evalúa con información de la Cuenta Pública, Estadísticas Oportunas y Presupuesto de Egresos (2017 y 2018). Cifras deflactadas con el INPC reportado por el Inegi.

El Fondo nos recuerda que vivimos un contexto de incertidumbre por dos factores: la renegociación del TLCAN, la cual, al extenderse, podría tener repercusiones en el crecimiento de la economía, y las elecciones de 2018, con la correspondiente falta de certeza sobre la futura política económica.

De esta forma, dado que la economía mexicana es particularmente vulnerable a los cambios en su régimen comercial con Estados Unidos, y que no podemos controlar las posiciones externas de nuestros socios comerciales, más vale que nos enfoquemos en mejorar y fortalecer nuestras condiciones internas.

El FMI hace una serie de llamados interesantes y muy urgentes. Aquí destacamos tres que nos parecen especialmente importantes:

1) Eficiencia del gasto público: se enfatizan los rubros de educación y salud, para que una mayor parte de la población pueda ser beneficiada. En México gastamos igual o más en educación que los países de la OCDE, sin embargo el logro educativo es significativamente menor que en las economías avanzadas. El FMI señala que se podría avanzar más en materia educativa con las siguientes recomendaciones: reequilibrar la composición del gasto en educación hacia la inversión en infraestructura y equipos; implementar una auditoría más cuidadosa de la nómina para identificar trabajadores fantasmas y frenar el ausentismo docente; y mejorar la calidad de la enseñanza.

En el gasto de salud destacan como prioridades: consolidar la adquisición de productos farmacéuticos y otros bienes y servicios; eliminar duplicidades en los beneficiarios de los esquemas de seguros; e implementar mejores prácticas para reducir disparidades entre las entidades federativas y los diferentes planes de seguros en la calidad de los servicios.

2) Combate a la corrupción: además de señalar que es fundamental continuar fortaleciendo la implementación del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), el FMI subraya la necesidad de priorizar reformas orientadas a mejorar las capacidades de gobernanza, seguridad, Estado de derecho, eficiencia de las instituciones judiciales y combate a la informalidad.

3) Consejo fiscal: Por tercer año consecutivo, el FMI recomienda la creación de un ente público, independiente y sin afiliación política con la misión de elevar la discusión fiscal y la rendición de cuentas. Esta institución tendría el mandato de evaluar las políticas, planes y desempeño fiscales y contrastarlos con los objetivos macroeconómicos para la sostenibilidad de las finanzas públicas y la estabilidad. En México nos vendría muy bien un ente con estas características para fortalecer la vigilancia del cumplimiento de las leyes hacendarias y el ejercicio de los recursos públicos.

La frase “que Dios nos agarre confesados” se refiere a una circunstancia que no queremos que pase, pero si pasa, al menos esperamos estar preparados. Las recomendaciones del FMI se tratan de eso. Básicamente nos dicen: no queremos que salga mal ni lo del TLCAN ni las elecciones 2018, pero en todo caso e independientemente del resultado, México requiere ponerse las pilas en varios temas. Inseguridad, ineficacia del gasto público, pobreza y desigualdad, así como corrupción son algunos de los más relevantes. Si queremos lograr mejores resultados, es necesario fortalecer nuestras instituciones internas, incluyendo  los contrapesos entre poderes. Las recomendaciones están ahí. Uno de los riegos es que las palabras sabias se encuentren con oídos necios y sordos.

* Alejandro García es economista por el ITAM e investigador del programa de gasto público y rendición de cuentas de México Evalúa. Liliana Ruiz es economista por la Universidad Iberoamericana, maestra en políticas públicas por la Universidad de Chicago e investigadora del programa de gasto público y rendición de cuentas de México Evalúa.

[1] Costo financiero del Sector Público Presupuestario

[2] Aprobado en el decreto del Presupuesto de Egresos de la Federación 2018.

[3] Esta proviene de la ganancia del dólar ante el peso durante el año; el Banco de México obtuvo una ganancia de más pesos a cambio de los dólares de las reservas, y después de su capitalización, los recursos adicionales fueron transferidos al Gobierno Federal en forma de un remanente.