Comisiones bancarias: exijamos más competencia

Fernanda Ballesteros / El Sol de México

La semana pasada los mercados cimbraron de nuevo ante la iniciativa de reforma a la Ley para la Transparencia y Ordenamiento de los Servicios Financieros (LTOF)que prohibiría el cobro de comisiones en más de 10 supuestos, entre ellos anualidades de tarjetas de crédito y retiros en efectivo.

Sin duda, las altas comisiones no sólo afectan el bolsillo de los usuarios, sino que inhiben que más personas accedan a servicios financieros. Aunque diferentes factores inciden en el monto de las comisiones, la falta de competencia es uno de los más importantes. En México las instituciones que concentran la mayoría de los activos, créditos e infraestructura de todo el sistema bancario se cuentan con los dedos de una mano.

Con las reformas de la LTOF en 2014 se establecieron diferentes herramientas regulatorias para incrementar la transparencia y competencia del sector. Se prohíbe el cobro de algunas comisiones, pero sobretodo se obliga a los bancos a presentar mayor información para que los consumidores tengan elementos para elegir y así generar presión para que los bancos compitan y ofrezcan mejorar calidad y precios. Además, la ley también incluyó dentro de los objetivos de reguladores como el Banco de México y la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros promover la competencia e instruyó a la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) a realizar una investigación y a formular recomendaciones.

A cuatro años de esta reforma, ¿qué ha pasado con las recomendaciones de Cofece?, ¿qué acciones han emprendido los reguladores y la autoridad de competencia para alcanzar estos objetivos?

México Evalúa ha señalado como uno de los temas pendientes para la próxima administración el impulsar una mayor competencia en mercados estratégicos, incluyendo al sector financiero, pues no sólo promueve el crecimiento, sino también es un factor esencial para la inclusión financiera y el combate a la desigualdad.

Sin embargo, el Congreso no es la mejor vía para emitir las reglas del sistema. Cuando se busca regular bajo la idea de comando y control de la autoridad sin incluir la perspectiva de los actores afectados, se generan normas poco razonables y por lo general no se consiguen los resultados de política pública esperados. Por eso es mejor que las reglas específicas sean determinadas por el regulador, quien además de generar normas más especializadas y dinámicas cuenta con procesos de consulta pública y otros elementos dirigidos a mejorar la calidad regulatoria y su efectividad. Así lo ha señalado la Suprema Corte en diferentes casos del sector de telecomunicaciones en los que ha ido definiendo las características del Estado Regulador y clarificando las diferentes facultades de legisladores y reguladores..

No obstante, el Congreso puede ser la vía para llamar a cuentas a los reguladores y a la Cofece. Si los resultados no fueran favorecedores, se deberán hacer ajustes, ya sea a la regulación o a su implementación.

Por su parte, quienes encabecen órganos reguladores del sistema financiero tendrán la oportunidad de impulsar la competencia con la regulación de las Fintech incluyendo aspectos como el de compartir información entre entidades financieras, los cuales serán básicos para la entrada de nuevos jugadores que incentiven disminuciones en precios.

Hay pues mucho por hacer para tener un mercado bancario más competido e incluyente en beneficio de los consumidores, sobretodo de los más vulnerables.